La comunidad dominicana se quedará por primera vez en 38 años sin su tradicional desfile de la restauración que se celebra entre el 10 y el 11 de agosto, debido a la pandemia y a la prohibición de las autoridades para que no se realicen eventos de masas debido a la pandemia COVID-19.
También son afectados por las cancelaciones la Gran Parada Dominicana de El Bronx fechada para cada 30 de julio y los desfiles dominicanos en Haverstraw, Paterson (Nueva Jersey), Boston y Lawrence en Massachusetts y Filadelfia.
Otros desfiles multitudinarios como el de los puertorriqueños que se celebra en julio, el de la hispanidad en octubre, el de las islas caribeñas, los irlandeses, el Carnaval del Día de las Indias Occidentales en el fin de semana del Día del Trabajo en Brooklyn, y el festival de San Genaro en el barrio la Pequeña Italia, fueron incluidos en las suspensiones.
“No necesitamos grandes eventos, hemos logrado tener a Nueva York más saludable y no mantendremos así”, dijo el alcalde Bill de Blasio el viernes en una entrevista con CNN acerca de los eventos masivos en la ciudad.
El desfile dominicano que atrae a millares de criollos, cientos de ellos viajando desde diferentes estados para participar en el evento, fue fundado por el activista Rafael Amaro quien lo presidió junto a un pequeño grupo en el que estaba la fallecida folklorista Normandía Maldonado, en 1982 y la primera actividad se realizó en la avenida Ámsterdam en el Alto Manhattan.
Con los años, el desfile fue creciendo en estructura y asistencia y logró que la alcaldía le cediera la Quinta Avenida pero luego fue sacado de esa mundialmente famosa arteria y trasladado a la Sexta Avenida, donde se erige la estatua de Juan Pablo Duarte.
Por décadas, el controversial activista Nelson Peña, dirigió el desfile, pero debido a cuestionamientos sobre el manejo financiero y sus posiciones firmes fue acusado de cargos por evasión de impuestos, tras enfrentarse en varias ocasiones a los gobernadores y alcaldes de turno y a funcionarios de alto perfil de la ciudad y el estado.
Peña, quien murió en el pico de la pandemia de un enfisema pulmonar, reposicionó el desfile como uno de los eventos más grandes de la dominicanidad en los Estados Unidos, aún sin contar con los auspicios de grandes corporaciones que le retiraron el apoyo.
También organizaba el festival dominicano en la avenida Ámsterdam después de los desfiles, donde se congregaban miles de participantes, con la presentación de los artistas y las orquestas más pegadas en cada etapa.
Luego de las acusaciones a Peña, se le excluyó de participar en el evento y el alcalde de Blasio y el entonces procurador general del estado, Eric Schneiderman con el apoyo de un grupo de activistas de élite y políticos dominicanos electos, diseñaron una nueva estructura y directiva, cambiando el tradicional de Desfile Nacional Dominicano por el “Dominican Day Parade”, lo que originó confrontaciones y cuestionamientos.
El desfile en Manhattan se desarrolla de sur a norte de la Sexta Avenida, comenzando en la calle 38.
Una gala se celebra el segundo viernes de agosto antes del desfile que es domingo. Representaciones del país con parte de los líderes políticos nacionales y en ultramar, candidatos presidenciales, partidos, organizaciones de toda estirpe, docenas de carrozas, comparsas y artistas y agrupaciones del momento, son una de sus grandes atracciones.
Los gobernadores y alcaldes son invitados cada año a corta la cinta de salida.
«El tipo de reuniones a las que estamos acostumbrados, los desfiles, las ferias, simplemente no podemos tener eso mientras nos estamos centrando en la salud en este momento», explicó el alcalde.
La alcaldía no emitirá ningún permiso para eventos que puedan interferir con los programas de calles abiertas o restaurantes abiertos en la ciudad, cuyas arterias están parcialmente cerradas al tráfico de automóviles para dar a más espacio a la distancia social y que los restaurantes y bares expandan sus espacios al aire libre.
El alcalde añadió que su administración también negará todos los permisos para eventos en parques que disminuirían irrazonablemente el uso público, ferias callejeras, eventos de más de una cuadra o para reuniones que requieren un sistema de sonido.
El Ayuntamiento reembolsará o diferirá las tarifas pagadas en relación con un permiso negado.
La decisión del alcalde se suma a las cancelaciones de los populares desfiles y festivales de primavera y principios de verano, incluidas las celebraciones del orgullo LGBT que se celebra a finales de junio.