La célebre frase «Lo mejor es enemigo de lo bueno» queda ilustrada en la inadecuada estrategia de detección del coronavirus en Estados Unidos, argumentan investigadores de Harvard que abogan por la adopción de pruebas rápidas, poco precisas y baratas, pero que pueden ser replicadas masivamente entre la población.
Michael Mina, profesor de epidemiología en Harvard, se lanzó a hacer campaña por lo que ha llamado pruebas de mala calidad o «nulas». La idea es romper con el modelo actual de pruebas moleculares, de alta precisión (pruebas de PCR), que todavía son de difícil acceso en varias zonas de Estados Unidos, obligando a las personas esperar días, incluso una semana, por el resultado.
«Estamos tan apegados a las pruebas costosas y de alta calidad que no evaluamos a nadie», dijo Mina recientemente en el podcast This Week in Virology.
El investigador propone que la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA) autorice la comercialización de pruebas rápidas, realizadas en el hogar a partir de una tira de papel que cambia de color en un cuarto de hora para dar el resultado.
Estas pruebas tienen baja sensibilidad dejando pasar sin detección muchos casos positivos, dando «falsos negativos», pero para Mina y otros expertos esta estrategia sería más efectiva en términos de salud pública ya que en general el número de casos identificados será mayor al actual.
Estos test rápidos son buenos para detectar alta concentración del virus, personas que son muy contagiosas, mientras que las pruebas PCR son muy sensibles e incluso detectan bajas concentraciones de la covid-19, que se dan al final de la enfermedad.
«Tal vez solo necesitemos una prueba ‘nula’. Si es lo suficientemente barata como para usarse con frecuencia, entonces quizás detecte al 85% de las personas con enfermedades contagiosas, en lugar de menos de 5%», agregó.
El director del Instituto de Salud Global de Harvard, Ashish Jha, volvió a defender los test rápidos el lunes.
«Estas pruebas no son tan malas», dijo a periodistas. «Cuando eres muy contagioso y tienes mucho virus en la garganta y en otros lugares, la prueba mejora mucho» y allí «desde un punto de vista epidemiológico, es exactamente el momento en que queremos detectar a las personas».
Incluso si la prueba rápida falla en la mitad de los casos, es probable que con dos pruebas por semana se detecte a los positivos.
Al sistema actual se le escapa nueve de cada diez casos, ya que relativamente pocas personas se hacen pruebas, según las estimaciones oficiales.
La FDA aún no autoriza estas pruebas de tira, que costarían entre uno y cinco dólares.
«Me temo que nuestro gobierno federal está atrapado en un patrón de pensamiento loco para esta pandemia», dijo Ashish Jha.