Algunas investigaciones alrededor del mundo han relacionado las condiciones sanguíneas con la gravedad que puede alcanzar el COVID-19 al afectar a una persona. Ahora, expertos de la Universidad George Washington han encontrado que ciertas características de la sangre pueden revelar qué tan grave será la infección por coronavirus en un paciente.
Los investigadores analizaron cinco biomarcadores, que son sustancias que pueden brindar a los médicos una idea del estado de otras condiciones biológicas del organismo. Denominadas IL-6, dímero D, CRP, LDH y ferritina, estas sustancias presentes en la sangre pueden adelantar la propensión de una persona a sufrir inflamaciones o trastornos hemorrágicos, que en el caso del COVID-19 pueden llevar a una persona al área de cuidados intensivos o, incluso, conducirla a la muerte.
De acuerdo con los científicos de la institución, ubicada en Washington DC, una mayor cantidad de estos biomarcadores en la sangre indicaría una mayor probabilidad de sufrir complicaciones a causa del coronavirus, y los médicos podrían saberlo rápidamente a través de un análisis de sangre.
Para realizar la investigación, los especialistas examinaron a 299 pacientes con COVID-19 atendidos en el Hospital de la Universidad George Washington entre marzo y mayo de 2020. En 200 de ellos encontraron la presencia de esos cinco biomarcardores sanguíneos.
“Nuestro estudio retrospectivo identificó una asociación entre los biomarcadores y el deterioro clínico, así como la muerte”, de manera que “los marcadores de laboratorio de inflamación y coagulopatía pueden ayudar a los médicos a identificar a los pacientes que tienen un alto riesgo de deterioro clínico por COVID-19“, escribieron los investigadores.
El estudio, publicado en Future Medicine, señala también que los pacientes con hipertensión y enfermedad cardiovascular presentan mayor cantidad de estas sustancias. También encontraron que la mayor concentración de los biomarcadores LDH y dímero D revelan un mayor riesgo de muerte.
Los biomarcadores son sustancias que a menudo se utilizan para detectar enfermedades o procesos infecciosos, pues pueden medirse y evaluarse como indicadores de procesos biológicos, estados patogénicos o respuestas a tratamientos médicos.
