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Crónica de Jared James Nichols y Laura Cox en Madrid

Menuda noche, magnífica, de Rock And Roll clásico, hard blues, nos han brindado los jovencitos Wolf Jaw, Laura Cox y Jared James Nichols en Madrid el pasado 04 de marzo! Y todo gracias a Etin Produccions. Lo digo ya, ¡gracias Xavi! Gracias por poder disfrutar de estas nuevas generaciones de músicos, tan entregados y con tanta calidad, que mantienen la llama, de este estilo del que siempre dicen que está en decadencia, siempre encendida.

Todo empezó con Wolf Jaw, un power trío inglés, cañero al máximo, ¡me encantó el batería! A pesar del sonido, muy alto, y esa bola que provocaba, nos dieron un buen show, lleno de riffs potentes que nos pusieron a tono realmente rápido. Tom Leighton, voz y guitarras, Dale Tonks, bajista y coros, y Karl Selickisbatería, saben bien lo que hacen.

Laura Cox salió después, y la parte con menos intensidad de la velada llegó. Tranquila solo en desparpajo, comunicación con el público, tanto la propia Laura, voz y guitarras, Mathieu Albiac, guitarra y coros, Antonin Guerin, batería, y Marine, la nueva bajista, que debutaba en este bolo, tienen pinta de chicos tímidos.

Estar suelto en un escenario, ayuda, por supuesto, pero no es lo principal. Su show, basado en sus dos primeros discos, más la versión Heartbreaker, de Pat Benatar, que me encantó, fue bueno, muy bueno. La banda, sin ser hachas, saben hacer bien lo que hacen, rock clásico sin experimentos ni extravagancias, y consiguen que el público disfrute y esté enganchado. Me sorprendió que tocaran, y más todavía cuando descubrí después que les quitaron una canción de su set list, Barefoot In the Countryside. Aunque encajaba en la noche, es un tema muy blusie, es un tema más lento, íntimo, con parones, con él quizás el público se quedó un poco frío. Aunque también, os digo, ver tocar un tema con una guitarra súper clásica, una del rollo a la de la portada del Brothers In Arms de Dire Straits, creo que es una National Style O, es una delicia, ¡es tan diferente! A partir de aquí, el show fue una pasada, brillante, con una interpretación de As I Am que me dejó loco, y una Laura Cox entregada, que se bajó a tocar con el público. ¡Laura Cox crecerá, sobre todo en carisma, y pronto, estoy convencido!

Y llegó el protagonista de la noche, esa bestia de Wisconsin, el grandote Jared James Nichols. ¡Qué voy a decir de él, que es un tío que me encanta! Tanto me gusta que ya es la cuarta vez que lo veía, creo que no me he perdido ninguna visita suya a nuestro país desde que le vi de telonero de Glenn Hughes.

Voy a empezar con lo que no me gustó. No me gustaron las prisas, fue un show en el que se notaba que se iba con retraso, ya lo sufrimos con Laura Cox, como decía antes, que le quitaron un tema, y si había que abandonar la sala a tal hora y él quería hacer todo su repertorio, había que correr. Tampoco me gustó el sonido, altísimo, ¡qué manía! Tampoco que me gustó que no tocara Haywire.

Ya está, lo malo se acabó, todo lo demás fue sublime, no encuentro un adjetivo que mejor valore lo que mis ojos y orejas vieron y escucharon. El tener prisa tiene una ventaja, que subes realmente enchufado al bolo, desde el principio. Los tres, mi amado Dennis Holm, el nuevo bajista, Baron Fox, el cuarto de cuatro, y el propio Jared, con el primer acorde, el primer golpe de caja, pulsaron el botón on, y el bolo fue de una intensidad total, sin descanso.

Nichols se está haciendo mayor, no es pequeñito como hace pocos años, es una estrella en ciernes. Con el paso del tiempo te vas dando cuenta, y no es solo porque las canciones las tenga más que machacadas, de que su presencia en el escenario es mayor, proyecta una gran energía, siempre positiva, y su complicidad con el público también va creciendo. En Now Or Never se tira un buen rato cantando con el público. Tiene hambre y se nota, no inventa nada. pero sabe que tiene que demostrar que es un grande.

Mayor también porque es todo un señor, siendo un hacha, no va de sobrado. Ayudó en todo momento a Tony Martínez, que subió a tocar con la banda el tema Funk 49. Además de notar a Tony un poco nervioso, más tarde rompió una cuerda, y Jared, al verle venirse abajo, se fue a por él, a sacarle a flote. Hicieron un duelo maravilloso.

También me gustó que además de su Epiphone Signature, sacó una guitarra Gibson del 53 que es una pasada, tan bonita y “delicada”, no apta para brutos…¿no apta para brutos?¡como aguanta los porrazos que le da el bueno del grandote!

Tocó un tema nuevo, You Threw Me To The Wolves, que promete, además de los seminuevos, ya casi clásicos, Hardwired To Love You y Nails In My Coffin. ¡Jared, saca disco nuevo YA, por favor, por favor!

Baron Fox , el nuevo bajista, pega bien con ellos, se le va más integrado y sabe bien cuál es su sitio, sin hacer ruidoDennis Holm me encanta, ¡qué bruto, bestia que es!¡y cómo toca!

Foxy Lady, el tema final, y con el que subió Laura Cox a tocar, fue un final de fiesta maravilloso.

¡Menuda noche!¡Blues Power!

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